Tercera entrada del este blog, después de un apagón provocado por Vodafone (¡qué somos hoy en día sin internet!). Si en las anteriores entradas ya quedó definida la logística como un servicio, en esta toca ver qué habría que tener en cuenta cuando se piensa en ofrecer este servicio.
Cuando uno piensa en qué es necesario para prestar servicios de logística, rápidamente uno piensa el transporte. Diferentes medios de transporte, como camión, tren o barco, pero transporte al fin y al cabo. Es evidente que el transporte es algo fundamental en la logística, sin duda y es gran parte de su coste y de su actividad, pero ni mucho menos toda la logística es transporte. Hay otras cosas que tener en cuenta para cubrir las demandas de los clientes de forma eficiente.
El segundo punto que uno fácilmente asocia a la logística es el almacenamiento. Una empresa que ofrezca servicios de logística necesita una base, un lugar de operaciones. Disponer de un almacén es clave para poder guardar las mercancías hasta el momento adecuado. Pero también lo es la gestión del mismo, no sólo es disponer del almacén sino saber qué es lo que hay guardado y cómo acceder a ello. Un control de stock para saber lo que se tiene. Un control de entradas y salidas para saber cuanto lleva dentro. El almacén no son sólo estanterías.
Un tercer punto, es evidentemente, la gestión económica-administrativa de la logística. El control de qué servicio se presta a quién y qué cantidad es necesaria cobrar. Una empresa que no controle lo que tiene que cobrar ni los gastos en los que incurre, ni intenta optimizarlo, difícilmente tendrá opciones de sobrevivir. Este control, es, evidentemente, fundamental, pues igual que sin servicio no hay logística, sin beneficio, no hay empresa.
El primer pensamiento de una empresa logística suele terminar en ese momento. En el pensamiento común, cuando se habla de logística, se queda uno ahí ya que parece que hemos cubierto todas las partes necesarias para la prestación de un servicio de logística: se ha conseguido cerrar el ciclo del transporte y facturarlo. Pero no es así. La logística tiene una parte trasera que es tan importante como la primera que ya se ha dejado intuir antes: la gestión de la información.
Una empresa “de logística” no puede pensar únicamente en llevar la mercancía, sino también en esta segunda parte, en gran medida influenciada por la regulación vigente, pero también necesaria para el propio control de costes y de negocio. Es fundamental controlar la gestión de documentos y tenerlos accesibles. Es curioso, porque en los cursos que daba sobre logística, la mayoría de los alumnos, ya trabajadores de empresas logísticas, esto no lo entendían. Pero sí, es fundamental, porque es la única manera de demostrar la garantía y calidad del servicio prestado. Esta garantía impide la entrada del intrusismo laboral, especialmente de terceros países, donde la regulación es mucho más laxa.
Otro tema clave de la gestión de la información es garantizar la trazabilidad de la mercancía. En la mayoría de los sectores, la Unión Europea impone la gestión de esta información y últimamente se ha convertido como uno de los requisitos fundamentales de la logística: los grandes compradores exigen tener localizada su mercancía en todo momento (¿quien no ha usado un servicio de tracking cuando se ha comprado algo por internet?) e, incluso, llega a tal nivel de control de la situación de la mercancía que se exige que los camioneros pernocten en determinadas áreas consideradas seguras, para reducir el riego de la misma.
También es clave el flujo de información necesaria para adaptar el servicio a las necesidades en tiempo real. Todos hemos usado el navegador de Google y hemos sufrido la carencia en la información: rutas erróneas, caminos equivocados, fallos de cálculo. Esta información es fundamental a la hora de planificar, gestionar y controlar el servicio. Cuanta más información, mejor servicio.
Digamos que la logística tiene dos partes, ambas igual de importantes: por un lado el transporte físico de la mercancía y por otro lado el transporte y la disponibilidad de la información asociada a dicho transporte.
Hay momentos en la cadena logística en los que esta dualidad se hace mucho más patente, como puede ser en el proceso de inspección aduanera, en el que, si no se termina el proceso de inspección documental, la mercancía no se podrá mover (¡aunque esté hecha la inspección física!). Pero, en el fondo, se hace patente en todos los momentos de la cadena logística, como en el almacenamiento (para localizar la mercancía de forma eficiente en el interior de un almacén) o en el transporte (manifiestos de embarques, control de cargas, disponibilidad de seguros, etc…).
Por la importancia que está tomando esta segunda parte en los últimos años, se está hablando de digitalización de la logística. No hay presentación sobre logística que se precie que no hable d digitalización. Esto evidentemente, no quiere decir que se esté hablando de “transportar en digital”, sino de incluir sistemas informáticos que permitan una mejor gestión en todo este flujo de información que es imprescindible para el buen desarrollo de la actividad logística y que permitan tomar decisiones para mejorar el servicio.
La Unión Europea lo tiene claro y para ello creó el Digital Transport and Logistic Forum (dtlf.eu) en el que se está desarrollando el futuro de esta “logística digital” y estableciendo los estándares y la información necesaria para que el flujo funcione adecuadamente. Tengo el honor de pertenecer a ese foro (representando al Puerto de Huelva y a Europlatforms) y en él se habla y mucho de la gestión logística, pero desde el punto de vista de la gestión de la información asociada: desde la información de compra-venta de mercancías, hasta la gestión aduanera, de embarques o de transporte por cualquier medio. Y todos estamos de acuerdo: disponer de toda la información del transporte es fundamental para los agentes implicados en la logística, porque les permite tomar decisiones para optimizar los procesos y las rutas logísticas que, finalmente, redunden en los clientes.
Así que sí, en la logística del siglo XXI, la información es necesaria, tan fundamental como el transporte. ¿Qué es más importante de las dos? Las dos. Ninguna empresa podría sobrevivir con sólo uno de las dos partes. En ello estamos.
Interesante texto : Es bueno recordar dónde estamos y a dónde vamos en nuestra industria. El día a día, tan intenso, junto al “cortoplacismo”, nos pueden “nublar la vista” . Gracias y saludos !