Menos es mas.

La historia de hoy es una historia de arrogancia y de una paradoja que se produce en telecomunicaciones que siempre me ha llamado la atención.

En telecomunicaciones, los radioenlaces (por cierto, denostados a nivel comercial, por una falsa creencia de peor calidad) tienen una particularidad: no siempre más visión es mejor. Un radioenlace es como un cable que se forma en espacio, es un cable imaginario que une una antena con otra. Ese “cable” tiene un rayo principal, que es la línea recta que une las dos antenas (que deben verse, literalmente, entre sí). Alrededor de esa recta el cable toma forma de elipse, uniendo las dos antenas formando una especie de globo. Cabe pensar que cuanto mayor sea el globo que es capaz de llegar de unir las dos antenas (el globo dejaría de hincharse cuando apareciera un obstáculo), más potencia llegaría a la otra antena y el resultado sería mejor, pero no es así. En la práctica se comprueba que la señal aumenta, hasta que llega un momento que empieza a menguar, hasta que se hace casi cero, y después vuelve a crecer.
Esto se debe a que a medida que el globo crece, el recorrido es más largo y se produce un desfase que termina compensando la propia señal inicial. Es como escucharse con retardo, que no entiende uno nada.
La parte del globo que hace que la señal crezca es la llamada primera zona de Fresnel. Cuando empieza a menguar estamos en la segunda zona de Fresnel, y así sucesivamente la tercera, cuarta, etc sumando y restando. Esto afecta en la práctica que si en un radioenlace hay un obstáculo que deja pasar la primera y segunda zona de Fresnel pero no más, la señal es muy inferior que si el obstáculo tapara más visión y sólo dejara pasar la primera zona de Fresnel. Es casi magia y completamente contrario al razonamiento lógico, pero los que hemos estado con radioenlaces alguna vez, sabemos que es así. En este caso, menos es más.
¿Pero quién fue Fresnel? Pues Fresnel es el ejemplo del antihéroe. Nació en una Francia complicada (1788). No fue un genio, ni siquiera destacó por su capacidad innata. No fue capaz de leer hasta mayor (8 años) y con constancia, fue destacando poco a poco, hasta cursar con honores la carrera de ingeniería. Y fue un ingeniero civil reconocido, hasta que tras la primera caída de Napoleón, apoyó al bando no adecuado y cayó en desgracia al regreso de Napoleón de Elba. Ahí empezó a experimentar con la luz y comenzó una nueva vida. Eso sí que le gustaba. Analizó la polarización de la luz y descubrió el fenómeno de la interferencia (en el fondo las zonas de Fresnel no son más que autointerferencias).
Fresnel creía que la luz era una onda y así lo definió matemáticamente. En aquella época había un encendido debate entre si la luz era una onda o era un corpúsculo. Fresnel defendía el concepto de onda y Poisson el otro punto de vista. Poisson, en su arrogancia, se consideraba superior a Fresnel y tras estudiar los escritos de su rival decidió proponer un experimento para desacreditarlo públicamente. Sin embargo, el experimento propuesto para humillar a Fresnel (conocido como “punto de vista erróneo sobre la teoría ondulatoria de la luz”) terminó confirmando la teoría del propio Fresnel y su mayor rival consiguió que se le concediera un premio por ello. Aunque el debate quedó apartado, un siglo después se retomó y apareció una nueva teoría, la dualidad onda-partícula, pero eso será otra entrada.
Fresnel inventó ciertos artilugios importantes relacionados con la luz (las luces de un faro las inventó él, aprovechando lo que conocía de su comportamiento) y fue muy reconocido por sus estudios teóricos y prácticos sobre la luz e ingresó en la Royal Society en 1825, pero murió poco después de tuberculosis, en 1827. Sus escritos no tuvieron mucha repercusión hasta años después, cuando sus seguidores vieron que tenían cientos de aplicaciones y explicaban muchos fenómenos, como el efecto de los obstáculos en un radioenlace.
Y le doy gracias, porque por gente como él yo pude estudiar lo que estudié. Y Fue un ejemplo en la vida, porque demostró que aún sin demasiadas cualidades innatas se puede llegar a destacar y que, también en la vida, a veces, menos es más.

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