Segunda entrada de este blog. Si en la primera ya se definió que la logística es un servicio, en esta segunda hablaremos sobre qué depende la logística.
En mi vida en este sector he visto a mucho dirigente público anunciando que se crearía una zona logística, un tren o una carretera y que eso crearía no se cuantos puestos de trabajo. Y normalmente ahí se quedan. Sin más. Pero lamentablemente, la logística no llega. Pasan los meses y no hay logística. ¿por qué, si se han creado las infraestructuras?
Pues muy sencillo. Porque la logística (entendida como el servicio definido en la primera entrada) no depende de las infraestructuras. Depende, como todos los servicios, exclusivamente, de un sólo factor: la demanda.
Si alguien compra ese producto, alguien lo transportará. Parece algo de perogrullo, pero tenemos tendencia a asociar la logística a las infraestructuras y eso no es así. Hay múltiples ejemplos de que la logística depende exclusivamente de la demanda, pero aquí detallaré sólo dos. El primero de ellos es analizar el tráfico durante la crisis. Si existían las mismas infraestructuras de antes de la crisis, ¿por qué bajó el tráfico globalmente? Pues sí, porque bajó la demanda y por lo tanto, bajó el tráfico y la actividad logística. El segundo de ellos es mucho menos prosaico, pero, lamentablemente no podemos negar su existencia: el tráfico de drogas. Hemos dicho que la logística sólo está afectada por la demanda, nada más. Esto lleva a pensar que, incluso, si el tráfico es ilegal, hay logística. Siempre hay alguien sin escrúpulos dispuesto a ganar dinero por algo execrable si otra persona está dispuesta a pagar por ello. Pues bien, este principio funciona con todos los productos y con todas las logísticas: si alguien paga, alguien lo hará: Si hay demanda, hay logística.
¿Y entonces las infraestructuras para qué sirven? Bueno, aquí hay que entrar en el segundo concepto del día. La Logística (con mayúscula) no existe. Vuelvo al ejemplo de las telecomunicaciones, que ya dije que sería recurrente: cada usuario, cada servicio que usamos en el móvil es independiente. Yo quiero llamar cuando quiero llamar y quiero leer mi correo cuando quiero leerlo. No dependo de nadie. Y bien que se encargan las operadoras que la red esté preparada para prestar cada servicio en el momento que el usuario quiera, con las características que cada servicio requiera: si quiero llamar, debe ser inmediatamente y sin eco, pero si quiero enviar un correo, me da igual que tarde 30 segundos porque asumimos que no es inmediato. Pues en la logística es exactamente igual: cada comprador y cada producto tiene sus propias características y el logístico debe adaptar sus métodos de operaciones para que se produzca el mejor servicio posible.
Igual que cambiamos de compañía de teléfono si el servicio no nos gusta o una oferta más barata, los compradores cambian de compañía logística si el servicio no funciona, si alguien le ofrece un mejor servicio al mismo precio o, simplemente, un servicio más barato que cubra sus necesidades de calidad. Lo mismo que hacemos en casa, se hace en logística.
Así que no hay una Logística, sino muchas logísticas individuales que se mezclan en una red de infraestructuras enorme. Y es más, cada una de estas logísticas no dependen de las infraestructuras, sino de la demanda del producto que se transporta. Cuando se crea una nueva infraestructura logística (bien sea un área logística, un puerto o una ruta), ésta no genera por sí mismo actividad, sino que, poco a poco, se irán cambiando cadenas logísticas a esa nueva infraestructura si el servicio prestado es mejor o más ajustado a lo que necesitan los que toman las decisiones, bien sea el propietario de la carga o su empresa de confianza.
Esto es algo que debería tenerse muy presente por parte de los que hacen nuevas infraestructuras. La inversión, por si sola, no genera servicio. Para generarlo, después de generar la infraestructura, hay que entender qué se necesita y poco a poco, plantear servicios competitivos que permitan atraer cadenas logísticas. ¿Acaso creemos que una empresa de telefonía móvil, por el mero hecho de montar una nueva red va a tener clientes? No, ¿verdad? Asumimos que después hay que competir en servicio y en precio. Pues en la logística es exactamente igual. Cambiar 176 km de trenes, para no prestar servicio después, no servirá para nada. Sin cambio no habrá servicio, pero sin servicio no habrá logística.
A que esto deberían entenderlo muchos dirigentes públicos, ¿verdad? Espero que no se cometan más errores en este sentido y se comprenda que la logísticas no las crean las infraestructuras y que éstas, sin una gestión del servicio detrás, no funcionará jamás.