Reflexión ante la religión

Me cuesta trabajo escribir en contra de la Iglesia. No me parece un tema agradable para la mayoría porque hay muchos prejuicios y este tema sólo creará polémica. Sin embargo, hoy me animo, como católico a criticar a mi Iglesia. Digo mi Iglesia, porque mi Iglesia es Cáritas, son los que atienden a los enfermos, los pobres, los necesitados, los inmigrantes sin esperar nada a cambio. Pero también es mi Iglesia los que son cristianos desde su puesto de trabajo, utilizando lo que saben hacer para hacer el bien. Todos podemos poner nuestro granito de arena para vivir en un mundo mejor, simplemente generando riqueza que se puedan distribuir y evitando que se concentre la riqueza en unos pocos en contra de unos muchos. En nuestra mano está.

Pero no es mi Iglesia los dirigentes de la misma, los que mienten, los que no se enteran de qué va esto, lo que creen que por tener una sotana son superiores o no necesitan escuchar a Jesús. Sepulcros blanqueados, jerarcas del antiguo testamento que creen que con ponerse alzacuellos ya tienen ganada la salvación. O incluso más, creen que por ponerse alzacuellos consideran que pueden otorgar o quitar la salvación.

Me dolió mucho escuchas unas declaraciones en el programa de Carlos Herrera del recién nombrado presidente de la Conferencia Episcopal diciendo que “le gusta el modelo de financiación porque así la gente puede elegir de forma no excluyente entre cubrir las necesidades de la Iglesia y cubrir las necesidades de los pobres”.

Eso es no enterarse de nada. Eso es no haber leído en su vida el pasaje Mt 19,21: “si quieres ser perfecto vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres y sígueme”. O lo que es peor, no es no haberlo leído, es no haberlo entendido. Tiene su explicación técnica, pero no tiene explicación conceptual alguna salvo que él diferencie la Iglesia y los pobres y eso es directamente, no seguir el mandamiento de los cristianos (Jn 13,34).

La Iglesia está montada como una institución jerárquica del miedo, el miedo a lo desconocido. El “NO” como base de todo. Unos mandamientos del antiguo testamento falseados, como reconoce la propia página del vaticano (http://www.vatican.va/archive/compendium_ccc/documents/archive_2005_compendium-ccc_sp.html#LOS DIEZ MANDAMIENTOS), en los que misteriosamente desaparece “No adorarás a imágenes” para cambiarlo por “No cometerás actos impuros”. Es una organización basada en la incultura y basada en el hecho de que nadie lee nada y nadie pone en crisis nada.

Lo último que ha llegado a mi mano es un tema menor en la vida cotidiana, pero principal en los círculos del alzacuellos: la virginidad de María. Es curioso que este tema esté en contra de la propia Iglesia. “Todo matrimonio debe estar abierto a la procreación” es la tesis principal para contrarrestar al matrimonio homosexual. Eso sí, todos… menos el matrimonio entre José y María, que según la propia doctrina de la Iglesia sería nulo.

Sobre este tema, el Papa Benedicto XVI escribió una Carta Apostólica con motivo del advenimiento del “Año de la Fe”, llamada “Porta Fidei”. En ella, Benedicto XVI hace una magnífica apología teológica sobre una cita bíblica: Lc 2, 6-7 “con gozo y temblor dio a luz a su único hijo, manteniendo intacta su virginidad” (http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/motu_proprio/documents/hf_ben-xvi_motu-proprio_20111011_porta-fidei_sp.html). Es una cita que referencia claramente la virginidad de María. Ya está en los Evangelios, no puede ponerse en duda.

Pero es que resulta que, después de mucho tiempo en la Iglesia, trabajando para intentar poner mi granito de arena, no me fio de nadie. Ni del Papa, como se dice, así que decidí coger la Biblia y leer la cita. No soy muy de citas sueltas y me gusta leerlas en el contexto de la cita, que da mucha más información. Así que abro la Biblia y, oh sorpresa!, Lc 2, 6-7 dice: “y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.” (http://www.vatican.va/archive/ESL0506/__PVK.HTM). Por cierto, como veis, la Biblia es la propia de la web del Vaticano, no he tenido que ir muy lejos a comprobarlo.

¿Qué me quiere decir esto? Pues que en primer lugar no hay referencia alguna a la virginidad de María en los Evangelios y que es necesario darle un toquecillo sutil a los mismos para que todo cuadre. Y en segundo lugar, lo que es más grave, el Papa MIENTE en su carta evangélica con el único fin de hacer de la ignorancia poder. No se si el Papa se habrá confesado por ello, pero desde luego que debería rectificar, si no el anterior, sí el actual.

Y desde luego lo que me quiere decir es que mi doctrina NO es la de ningún Papa, porque ya no me fío de ellos. Mi doctrina es el patrón de vida de Jesús, intentando hacer de este mundo un mundo mejor, aportando mi granito de arena con los talentos que Él me dio. Si consigo que alguien encuentre trabajo, generar riquezas en mi entorno, crear un mundo un poquito mejor, me sentiré suficientemente pagado.

Busca tu lugar en el mundo y lucha por él. Haz lo que esté en tu mano. Sé crítico y piensa por tí mismo. Lee, razona y actúa. La doctrina humanista de Jesús es válida. Eso sí, quitando los alzacuellos que la distorsionan.

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