La historia de hoy empieza como una leyenda de la edad media. En aquella época, la época de la baja edad media, el imperio romano había caído, a manos de los visigodos sobre el año 300 y Europa había saltado en mil trocitos, creándose diferentes lenguas y con un único lazo común: toda Europa era cristiana.
Miles de pequeñas instituciones eclesiásticas dominaban el terreno, con una minúscula población a la que daban protección a cambio de impuestos (los famosos diezmos) y un poder local repartido entre la religión y la sociedad civil, manejada por los nobles de aquella época.
Era un caldo de cultivo magnífico para leyendas y temores, porque la incultura se hizo dominadora de la sociedad y cualquier historia era aceptada. Leyendas de Santos Griales, de Justas, de Trofeos y de Reinos Fantásticos circulaban por todos los lugares.
Especialmente cuando existía un enemigo común que venía del sur y que había acabado con todos los vestigios en África del imperio romano. Los árabes, en todas sus vertientes se expandían como un enemigo infiel al que combatir. Un enemigo irreconciliable.
Entre esas leyendas se encontraba la de un pequeño reino cristiano que permanecía a flote en mitad de todo un mundo árabe y pagano en oriente. Un lugar lleno de riquezas y grandes tesoros, y que era dirigido por un virtuoso llamado Juan, que era descendiente, nada menos que de los Reyes Magos. Un lugar perdido en ningún sitio. Era el Reino del Preste Juan.
Sin embargo, cuando comenzó a haber luz en la Edad Media, allá por el año 1200, algunos reyes comenzaron a salir del letargo y a buscar retos en otros lugares. Primero con los viajes de exploradores medievales y después con la llegada de sabios provenientes de Constantinopla, Europa vio que podía alcanzar nuevos horizontes y éstos se concretaron allá por 1492, cuando un tal Cristóbal Colón llegó a un nuevo continente creando un nueva nueva era.
Imperaba la curiosidad y España se volcó a América, pero nuestro vecino Portugal, buscó su destino por el otro camino hacia Oriente. Bartolomé Dias ya había circundado África en 1488 y poco después, en 1490 Pedro de Covilham llegó al cuerno de África. Era el primer contacto de un europeo en esa zona después de casi 1000 años de dominio pagano y musulmán.
Poneros en situación, un navegante portugués, en ruta con las cáscaras de nuez con las que hacían los milagros de la navegación de la época, llega a un reino situado a casi un año de navegación de su hogar, en plenas fauces de territorio enemigo musulmán. Desembarca y se encuentra… con ¡Iglesias y cruces!. Pedro de Covilham, dentro de un asombro total, había llegado al reino cristiano de Etiopía y por supuesto informó que había alcanzado al Reino del Preste Juan. Había conseguido circunnavegar África para llegar al reino aislado de la leyenda. La leyenda era cierta, aunque como siempre, a medias. Por supuesto no existían las maravillas que se contaban, pero sí que había cosas dignas de mencionar: las iglesias, milenarias, están cavadas en la roca y existían animales extraños, pero poco más.
Allí reinaba un personaje llamado Negus (rey de reyes) y rápidamente entablaron relaciones. Etiopía estaba rodeada por musulmanes y sufría contínuos ataques y varias veces en torno al 1500 solicitaron ayuda a Portugal, que respondió convenientemente y ayudaron a que el reino cristiano de Etiopía sobreviviera.
Y vaya si sobrevivió. Etiopía fue el único país de África que no fue colonizado por europeos en el siglo XX y su último emperador, el último Negus fue derrocado en 1975, llegando a ser entrevistado por Miguel de la Quadra. En aquel momento entró otro régimen de gobierno más acorde con estos tiempos, pero, aún en nuestros días, Etiopía es mayoritariamente cristiana, con iglesias excavadas en la tierra y con una historia detrás de leyenda que finalmente, como por arte del destino, se hizo realidad.
Muy bueno, me acuerdo del último rey de Etiopía con su uniforme militar entrevistado por De La Cuadra Salcedo, quizás en Informe Semanal ???? no me lo perdia ni un sábado, ahora no me dejan verlo
ASC