La historia de hoy nace en 1992, justo antes de la Expo de Sevilla. El periódico El Pais, lanzó una campaña patrocinada por la Expo para el verano que consistía en un cuestionario de 100 preguntas bastante complejas y había un mes para contestarlas.
Poco a poco fueron saliendo pistas y entre ellas y la curiosidad buscando respuestas conseguí contestar casi todas.
Pero hubo una que quedó marcada en mi cabeza para siempre: “¿Cual es el primer sonido grabado en un disco?”
En aquella época no existía internet y encontrar cosas así era muy complejas. Pero lo encontramos.
El responsable de este sonido, como de otros múltiples inventos, hoy cotidianos era Thomas Edison, un fenómeno de la invención que debería ser más estudiado. Edison, sin estudios (fue expulsado de la escuela a los 8 años por lento e improductivo), fue el empeño de su madre quien lo educó y siempre tuvo un enorme sentido práctico, lo que le permitía utilizar los medios que tenía a su alcance para realizar artilugios que facilitaran su tarea.
Así, registró 1.093 patentes, de toda índole y no todas útiles, para que engañarnos. Sin embargo, hubo algunas que francamente cambiaron el mundo.
Alexander Graham Bell había inventado en 1876 el teléfono, pero no era muy práctico, porque se hablaba y se escuchaba por el mismo sitio. Edison cogió el artilugio y lo mejoró, incluyendo el micrófono y auricular que hoy conocemos (evidentemente, mucho más rudimentario). Justo un año más tarde, en su laboratorio de Menlo Park utilizó el artilugio para grabar un sonido en un disco de aluminio.
Imaginaros el momento: laboratorio pequeño con poca gente y con un recién parido fonógrafo que hay que probar… ¿y qué se le ocurrió decir? Pues la típica chorrada que diría cualquiera, lo primero que se le viene a la cabeza. Y lo que se le vino fue una canción infantil muy conocida en EEUU: “María tenía un corderito // con lana como la nieve//…”.
Y sí, funcionó, cuando lo intentó reproducir sonó su voz repitiendo exactamente esa frase. Y quedó para la posteridad: la primera frase dicha en un reproductor era “María tenía un corderito”.
A veces se piensa que estos inventos que cambian el mundo merecen una “inauguración” mejor, pero ¿puede haber algo mejor que la verdadera humanidad de un genio?.