Un tipo alto de miras

La entrada de hoy va dedicada a un señor que lo único relevante que hizo en su vida es vivir. No fue el más listo, ni creó nada, ni inventó nada. Pero eso sí, fue el más alto… de siempre.

Cuando era muy pequeño recuerdo que mi padre me regaló un album NBA (que nunca lo completé, por cierto) en el que se hablaba de los jugadores más altos de la historia. En aquella época, un sudanés llamado Manute Bol era el más alto con un increíble 2,31 metros de altura.
Pero en esa misma revista se hablaba del hombre más alto de la historia, que nunca había jugado al baloncesto. Su nombre, Robert Wadlow. Su altura, increíble: 2,72 metros.
Nació en Estados Unidos, en 1918 y hasta los 4 años tuvo un crecimiento normal, pero a partir de entonces, una enfermedad conocida como gigantismo, que es un exceso de hormona del crecimiento cuando aún se está en edad de crecer (si esta enfermedad se produce después se denomina acromegalia) y provoca un crecimiento absolutamente desproporcionado.
El caso de Robert fue espectacular. Crecía unos 10 centímetros al año, y con 15 ya medía 2,24. Crecía durante toda su vida y sobre 1936 (con 18 años) ya medía 2,54 cm. Sin embargo nunca necesitó una silla de ruedas y podía moverse con muletas y por supuesto, mucha dificultad.
Sus manos, enormes medían 38 centímetros desde la muñeca al dedo corazón y sus pies medían casi medio metro.
Vivía gracias a exhibirse en un circo a lo largo del país. Claro, ver a un hombre de casi tres metros debía ser algo impresionante.
Murió en 1940, con sólo 22 años por una infección provocada en unas ampollas en los pies. Su salud no era precisamente de hierro, por la desmesurada dimensión de su cuerpo, pero, aunque intentaron realizarle transfusiones, la tecnología médica de la época no era precisamente puntera y finalmente falleció. Midió nada menos que 2,72 metros al morir y pesó 223 Kg.
Su casa se convirtió en un museo, porque todos sus objetos son excepcionales. En su sofá, caben tres personas y una persona de talla normal es capaz de sentarse y estirar las piernas dentro del propio sofá, como si fuera un niño pequeño en un sofá normal, su cenicero, plato, cubiertos, hasta un mechero zippo tamaño botella de un litro, había en su vida. Era, realmente, un fenómeno de circo.
Fue enterrado en olor de multitud, con más de 40.000 personas en su funeral.
Es la persona más alta de la que se tiene constancia en la historia y la verdad es que es un tamaño absolutamente increíble. En la actualidad, la persona más alta es un turco que mide en torno a 2,51 metros, pero por este mismo tamaño no puede erguirse totalmente. Existen referencias de un ucraniano llamado Leonid Stadnyk que dicen que mide más (2,60 metros), pero se niega a medirse y vive siendo veterinario certificado en su pueblo natal, junto con su madre.
Todos pensamos en Gasol como alguien enorme, pero pensad, Robert Wadlow era nada menos que 60 centímetros más alto que Gasol. Debía ser increíble encontrarse con alguien así. O, cuanto menos, curioso.

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