Váyase usted al…

Una de las frases que más me ha llamado siempre la atención es una que se dice con bastante asiduidad y no es precisamente de las más educadas. Es el famoso “Vete al carajo”, que tanto dice alguien que trabaja conmigo.

Pero me llama la atención porque sabiendo lo que es el carajo (el miembro viril masculino), no tiene sentido la frase, ¿irme a qué? No encaja mucho.

Sin embargo, la frase tiene su explicación, y no es tan malsonante como parece.

Su origen es en el entorno marino, ya que en la jerga marinera, el carajo es el palo mayor de un buque (por evidentes similitudes…) y en su parte más alta había una especie de descansadero donde se enviaban a los marinos a “cumplir penitencia”.

Era uno de los castigos más habituales en la época de las carabelas y no debía ser muy agradable, porque si un barco se mueve en cubierta, no quiero ni pensar lo que se tiene que mover allí arriba.

A lo que iba. Ése y no otro es el origen de la frase, que se dice, efectivamente, cuando quieres menospreciar o dar signos de disconformidad con alguien y en ese caso, como “castigo”, se le manda al carajo.

Pero no es la única frase con este origen y que con esta explicación se entiende mucho mejor. Esta segunda tiene ya todo el rango de refrán y dice así: “Cuando el grajo vuela bajo, hace un frío del carajo”. Aquí carajo también hace referencia al frío que se debía de pasar colgado del palo mayor de un barco, cayéndote agua salada por todos lados y encima con tormentas y similares. No creo que un marinero de aquellos hayan pasado más frío que colgados del carajo, cumpliendo su castigo.

Así que ya saben, cuando alguien le mande al carajo, no es que le esté insultando, es que le está imponiendo un castigo, por “malo” y no precisamente de los agradables.

Un comentario sobre «Váyase usted al…»

  1. torpedo, la persona que conozco que mas dice esto ere TUUU

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